28/11/12

Preparando el Primer Cumple de mis ratoncitos 1: EL TEMA DE LA FIESTA

Saturday, June 23rd, 2012

¡Un año ya, madre mía! ha sido el más corto de mi vida. Habrá sido por el no parar…. o que cuanto más feliz eres más rápido pasa el tiempo.
Me considero la fiestera mayor del reino, o por lo menos de mi familia, me encanta idear, planear y preparar todo tipo de fiestas, así que con más razón el primer añito de mis dos bombones.
Además, un cumple infantil, es la mejor excusa para desplegar la imaginación y la creatividad sin -casi- ningún límite (que no sea el económico, claro, que la cosa está mu mala y no es para tirar cohetes) y eso, ya sabéis que me encanta.
No sé por qué, pero me apetecía un montón ir contando en el blog como estoy preparando la fiesta de los nanos paso a paso. Además, muchas veces mis amigos me preguntan cómo me organizo para montar los fiestones que damos en casa, sin morir en el intento y sin matar mi cuenta corriente. Pues bueno, yo lo voy a ir escribiendo todo, nunca se sabe, a lo mejor a alguien le interesa, y a lo mejor encontráis alguna idea de como hacer algo que estábais buscando.
Vamos allá!
Lo primero y principal (…oír misa y comulgar jajaja eso decía mi abuela siempre), es encontrar un TEMA. Yo he celebrado Tea Partys, Fiestas de tapas, Cenas indias, Mezzes etc, pero esos aburrimientos son para mayores, con los niños puedes encontrar temas mucho más originales y divertidos. En mi lista para futuros cumples tengo ya unas cuantas (el circo, el arca de Noé, piratas, la selva… uy el guiri… ¡me echa de casa!)
Cuando empecé a pensar en su fiesta lo tenía claro desde el principio: “El ratoncito Frederick” un cuento muy conocido en Alemania, un clásico, que para nosotros tiene una historia muy bonita detrás.
En 2002 yo trabajaba en una academia de idiomas en la calle Mayor, en Madrid, la academia Contacto (ahora está en la calle Raimundo Lulio, y prometo que ya no me pagan, pero os la recomiendo).
Un día de agosto, entró en mi clase un alemán de pelos largos muy sonriente, que había estado en otros dos grupos, pero no acababa de encontrar su nivel.
Me pareció muy simpático, pero un maleducado integral, porque en medio de la clase se sacó el bocata y se puso como el kiko.
Con el tiempo supe que lo primero que el pensó, no tuvo nada que ver con la educación, sino con una camiseta verde muy escotada que yo llevaba aquel día (…). También con el tiempo supe que comer algo en clase es algo muy normal por estos lares.
Como los más espabilados habréis deducido, el de los pelos, dejo de parecerme un maleducado, para tenerme chochita hasta las trancas hasta el día de hoy. Vamos que le salió barato el curso ( o caro, nunca se sabe ;) ). Se llevó el pack completo de clases y profesora.
Pasamos unos meses superempachositos y cursis, pero claro, todo lo bueno se acaba y llegó el momento de volver a la realidad. Aunque ya teníamos pensado vivir juntos en no mucho tiempo, él estaba acabando la carrera, y todavía no podía ser.
Cuando nos separamos, me regaló un libro que había hecho él mismo (si se entera de que lo estoy contando me mata) en el que el prólogo era el cuento de Frederick el ratón.
Frederick pertenece a una familia de ratones que vive en una granja abandonada, por lo que tienen que pasar el verano recogiendo grano y comida para el largo invierno.
Nuestro amigo, se pasa el día tumbado al sol, y cuando los demás le preguntan mosqueadillos que qué hace, el les contesta que está trabajando recogiendo rayos de sol, colores y palabras. Los demás no le hacen mucho caso – es un rarito- , y llega el invierno.
Mientras la comida dura, están todos muy contentos, pero cuando empieza a escasear, se ponen todos muy tristes. Entonces le preguntan a Frederick por sus “provisiones”.
Frederick les dice que cierren los ojos y les empieza a hablar de los rayos de sol, con lo que todos dejan de tener frío, les habla de los colores, y con las palabras les empieza a contar historias que llenan de ilusión a todos lo ratoncitos en el duro invierno.
Este era el cuento favorito de mi guiri de pequeño.
El resto del libro eran páginas de colores con la fecha escrita (una por cada día del tiempo que íbamos a estar separados) y en muchas de ellas había fotos, entradas de cine o de teatro, o tickets de restaurantes a los que habíamos ido juntos. En otras había escrito poemas suyos en alemán y algunos traducidos en español (no os he contado que mi guiri escribe unos poemas preciosos, su carrera frustrada. Una pena que tanto talento se gaste en artículos científicos sobre Física :) . Por último, otras poquitas páginas estaban vacías para que yo escribiera en ellas mis historias.
Ese era nuestro libro, para que el tiempo separados no fuera tan triste y estuviera lleno de palabras, experiencias y colores. Así es mi guiri.
El año pasado, los enanos, que todavía estaban en la barriga, se las apañaron para regalarle a su papi un ejemplar dedicado de este libro por su cumpleaños.
Con esta historia detrás, el tema de la fiesta es perfecto, ¿no creéis?
Pues me encantaría contaros como van avanzando mis preparativos para la fiesta, y así véis en que berenjenales me meto.
Ya sabéis como surgió el tema, requisito imprescindible para poder empezar a preparar cualquier celebración
En el próximo post la inspiración… (prometo no tardar una semana en ponerlo)
Besitos
P.D. Las ilustraciones que veis en este post las he ido dibujando yo para… ya os pongo todas las demás y os cuento en el próximo!!!
Pilar

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